dimarts, 26 de març del 2013

SANT CARLES DE LA RÀPITA Y EL PUERTO DE LOS ALFAQUES



En el siglo XVIII un monarca español tuvo un sueño; soñó en construir en la ribera Mediterránea una opulenta ciudad con un gran puerto de mar y comunicada con el río Ebro gracias a un canal de navegación, a imagen y semejanza de la ciudad rusa de San Petersburgo. El rey situó la ciudad cerca de la desembocadura del Ebro, aprovechando las condiciones del puerto natural de los Alfaques. Este rey fue Carlos III y la ciudad se llama San Carlos de la Rápita precisamente en honor a quien ha sido el mejor alcalde de Madrid.  
A la muerte del monarca su sueño se desvaneció y hoy en día sólo quedan pequeños vestigios de la que había de ser una majestuosa urbe. Del canal de navegación entre el Ebro y la bahía de los Alfaques quedan las esclusas a mitad del camino y poco más. También es de aquella época la Iglesia Nueva situada en el barrio Español y que nunca llego a terminarse. Después de permanecer muchos años en estado de semiabandono, se ha convertido recientemente en un centro cultural.
San Carlos de la Rápita (para la gente de la zona La Ràpita a secas) fue durante muchos años un pequeño pueblo marinero que gozaba de una situación privilegiada por su proximidad a la desembocadura del río Ebro que aportaba los nutrientes necesarios para la regeneración de las especies marinas.
Desde hace unas décadas, sobre todo durante los años del boom inmobiliario, el municipio ha tenido un crecimiento espectacular ampliando su casco urbano por el Sur hasta sus límites territoriales.  
Después de la pesca, el principal motor económico de la ciudad es el turismo. Sobre todo durante la época estival, la población residente crece considerablemente. Allí han fijado su segunda residencia muchas familias de pueblos vecinos pero, mayoritariamente, aragoneses con ansias de mar.
San Carlos de la Rápita es un lugar donde se respira tranquilidad. Se pueden dar largas caminatas a lo largo de su paseo marítimo e incluso más allá de sus límites marcados por el faro. Pero sin duda una de las mejores actividades es una excursión por su bahía. Para ello podemos escoger tres medios de transporte: la golondrina, una embarcación sin patrón que no requiere título ninguno o un taxi marítimo. 

Durante la excursión navegaremos entre las explotaciones de mejillón y ostra que podremos  degustarlas en el chiringuito del Avi Agustí acompañadas de un buen cava; nos podremos bañar junto a los restos de las antiguas salinas de la Trinidad, abandonadas a finales del siglo XIX y, finalmente, degustar unos exquisitos pescados y mariscos o un buen arroz en el chiringuito de la Costa (se precisa reserva) 
LA CURIOSIDAD. El topónimo de La Rápita es de origen árabe y era un lugar de oración antes de comenzar la batalla. No olvidemos que antiguamente el río Ebro, pos su difícil travesía, solía ser frontera entre territorios.
EL PUERTO. Aunque su puerto ha sido eminentemente pesquero, a principios del siglo XVII, concretamente en 1610, partieron desde allí camino del exilio la mayor parte de los moriscos de Aragón y del Oeste y Sur de Catalunya.
EL APUNTE. El escritor local Emili Rosales publicó en 2005 la novela La Ciutat Invisible (La Ciudad Invisible) con la que ganó el premio Sant Jordi, uno de los más prestigiosos en lengua catalana, ambientada en los tiempos de Carlos III

LA OFICINA DE TURISMO. Se encuentra situada a la entrada del parque de Garbí, cerca de la playa local más popular: la del Pipi.
LOS ALREDEDORES. La sierra del Montsiá es un paraje natural prácticamente virgen que se puede recorrer a pie por sus diversos senderos contemplando la riqueza de su flora y disfrutando de sus extraordinarias vistas, sobre desde el lugar llamado la Foradada.
Por la carretera del Poble Nou del Delta podremos acceder hasta el corazón mismo del delta del Ebro y visitar, entre otros atractivos, su parque natural y su red de centros de interpretación.  Imprescindible llevar unos prismáticos para poder observar con detalle las aves acuáticas, sobre todo los flamencos.
También aconsejo visitar los Ullals de Baltasar, un fenómeno geológico al que se puede acceder desde el lado mismo de las esclusas del viejo canal de navegación.
¿QUÉ COMER? Los pescados y mariscos de La Rápita son de una extraordinaria calidad. Se dice que sus langostinos son los mejores del mundo (con permiso de los de Vinaròs)
¿DÓNDE COMER? Evidentemente en alguno de sus prestigiosos restaurantes, pero también podemos quedar sorprendidos por alguna de sus tascas.  
MI RECOMENDACIÓN. Sin duda alguna el centro neurálgico de la ciudad se encuentra en la plaza Carlos III. Allí podremos tomarnos una copa o degustar una tapa con los productos típicos del lugar sentados tranquilamente en la terraza de uno de sus establecimientos contemplando el paso del tiempo.  
¿DÓNDE ALOJARSE? La Rápita tiene varios hoteles y aparhoteles, pero también pisos y apartamentos que se pueden alquilar directamente del propietario por días, semanas o meses.
¿QUÉ HACER? Como actividades de ocio son recomendables las excursiones en bicicleta por el delta o la pesca de la caña desde los lugares permitidos. Se pueden alquilar embarcaciones para pescar en la bahía.  
 
¿CÓMO LLEGAR? La ciudad está bastante bien comunicada, pero sólo podremos llegar por la N-340, tanto si se viene del Norte como desde el Sur. Las dos salidas de autopista más cercanas están en Amposta y Vinaròs y las estaciones de tren en La Aldea y Vinaròs. El aeropuerto más cercano es el de Reus, a unos 100 Km.    
PÁGINA WEB RECOMENDADA:     http://www.turismelarapita.com/

divendres, 15 de març del 2013

EL ENCANTO DE MORELLA



Encaramada espectacularmente en la vertiente de una montaña, la ciudad amurallada de Morella, la antigua Castra Aelia de los romanos y feudo del carlismo en tiempo del general Cabrera, señorea el paisaje de los Puertos. Con esta elaborada descripción comienza en la Wikipedia el apartado dedicado a la historia de Morella, la capital de la comarca de Els Ports, al N de la provincia de Castellón.
Aunque se puede acceder en coche por cualquiera de las dos puertas de su imponente muralla (San Miguel y San Mateo), es aconsejable dejarlo en alguno de los aparcamientos situados en su parte exterior y entrar al casco antiguo caminando sin prisas para no perderse un solo detalle de todo el encanto que se nos muestra ante nuestros ojos.
El recorrido más aconsejable dará comienzo en la puerta de San Miguel, en la parte N de la población. Des de allí podremos ver como la serpenteante carretera continúa hacia Alcañiz pasando junto el antiguo acueducto que abastecía de agua el municipio. Nada más cruzar la puerta encontraremos la oficina de turismo y, adosada a la muralla, una placa recuerda la visita de los Reyes de España D. Juan Carlos y Dña. Sofía

Subiremos por la cuesta de Minguet y, a la altura del antiguo hospital (hoy centro de atención primaria) giraremos hacia la izquierda por la calle de Juan Giner para dirigirnos hacia el centro de la población. Seguiremos por la calle Virgen del Pilar, posteriormente por el de la Marquesa de Fuente Sol y finalmente por la Blasco de Alagón.
Durante este recorrido nos iremos encontrando con las más variadas tiendas: pastelerías, carnicerías, objetos de regalo, artesanía, ropa y complementos, entidades financieras y, por supuesto, bares y restaurantes, sobre todo en la parte final de recorrido, la parte más interesante por sus antiguas casas con soportales.
Para poder tener la mejor perspectiva del pueblo habrá que subir al castillo que primero fue árabe, después cristiano y, finalmente, cuartel general de Ramón Cabrera, el general carlista originario de Tortosa. Cuando lleguemos a la parte final de la calle Blasco de Alagón, torceremos hacia la derecha dando un giro de 180º para coger la calle Alta de San Francisco. A los pocos metros, nos va a llamar la atención un mosaico adosado en una casa de la parte izquierda. Allí se explica un milagro que realizó San Vicente Ferrer resucitando al hijo de un amigo suyo que, su mujer, enajenada, lo había hecho a pedazos para servirlo como manjar a sus invitados.  De aquí hasta el castillo todavía tendremos que subir un poco más y pasar por un sendero que nos llevará al pie de las escaleras. 


¿QUÉ VISITAR? Por supuesto las murallas y el castillo, pero también la iglesia arciprestal de Santa María la Mayor, la Casa de la Villa (sede del ayuntamiento), el convento de San Francisco, el museo Tiempo de Dinosaurios y el museo del Sexenio.

¿CÚANDO IR? A Morella se puede ir en cualquier época del año. Personalmente me encanta en invierno cuando la cubre el manto de nieve. Ahora bien, el momento más álgido se produce cada 6 años cuando se celebra el conocido Sexenio. Estas fiestas tradicionales datan de 1673 y comienzan como agradecimiento a la Virgen de la Vallivana, la patrona de la población, por obrar el milagro de detener la gran epidemia de cólera que hubo el año anterior.  El próximo Sexenio se celebrará en 2018 y, el año anterior tendrá lugar lo que se conoce como el Anuncio.
La ermita de la Virgen de la Vallivana está situada en la carretera de Vinaròs a Alcañiz, a 23 Km. de Morella. Al dar comienzo el Sexenio, se celebra una multitudinaria e impresionante procesión que recorre la distancia entre el santuario de la patrona y el pueblo.
¿QUÉ COMER? Al ser tierra de interior, es aconsejable la carne (de cordero, vacuno y caza), como el tradicional ternasco. Pero el visitante no puede marcharse sin probar la olla morellana (un cocido con carne de cerdo, morcilla, verduras patata y alubias) En cuanto a los dulces son famosos los flaons, rellenos de requesón y almendra. Durante el otoño de un año de lluvias hay que degustar la que sin duda es la seta más apreciada: el robellón.  

¿DÓNDE ALOJARSE? Morella dispone de varios hoteles y hostales, así como una extensa oferta de alojamientos rurales, alguno de ellos con mucho encanto.

¿QUÉ COMPRAR? En artesanía son típicas sus mantas y en gastronomía no lo son menos sus quesos, cecinas y miel.

¿CÓMO LLEGAR? Todavía recuerdo la sinuosa carretera que antaño llevaba al viajero hasta Morella. Afortunadamente hoy en día ha mejorado mucho aunque en algunos tramos todavía nos podemos encontrar con largas y cerradas curvas además de los puertos de montaña de Querol y Torremiró.
Desde la costa Mediterránea cogiendo la carretera N-232 de Vinaròs a Alcañiz y desde otros puntos de España, desde Alcañíz cogiendo la misma carretera en sentido contrario.  
ALREDEDORES. Tanto la comarca de els Ports y su vecina del Alt Maestrat tienen un valioso patrimonio natural y arquitectónico: Sant Mateu del Maestrat, Cervera del Maestre, Catí, Ares del Maestre, Benasal, Culla, el santuario de Nuestra Señora de la Balma, las pinturas rupestres de la Valltorta y el centro de interpretación de las mismas en el término municipal de Tirig (patrimonio de la Humanidad), etc.  

EL DATO. Los campos que rodean Morella son ricos en trufas, pero encontrarlas es todo un arte que no está al alcance de todo el mundo.  

Página web recomendada: