dimarts, 9 d’octubre del 2007

REMONTANDO EL EBRO (DESDE XERTA A TIVISSA)

Dicen que el río Ebro es navegable y, por lo tanto, nada nos debería impedir poder navegar río arriba. Pero a la práctica solo lo surcan embarcaciones de escaso calado, excepto en el Delta donde existe una mayor profundidad. No obstante, en la excursión de hoy, si se nos antoja, podremos navegar por un tramo de él. Nuestro punto de salida será Tortosa. Capital histórica de estas comarcas tiene cerca de 40.000 habitantes. Situada en un lugar estratégico, equidista del mar y la montaña. Desde aquí se pueden hacer numerosas rutas: ir hacia el Delta, subir al pico de Caro, el más alto de la sierra “dels Ports” con sus 1449 metros, etc. Una de las opciones es remontar el Ebro por carretera (la C-12 o Eix de l’Ebre) visitando sus poblaciones. Nuestra primera parada será Xerta (de Xerta la naranja, dice el eslogan) Aquí podremos comprar durante casi todo el año naranjas, mandarinas, etc. En los diversos puestos y agrotiendas situados a pie de carretera. Por cierto, la carretera es considerablemente buena y más si la comparamos con la de la última excursión propuesta. En Xerta podemos visitar la iglesia de la Asunción de los s. XVI y XVII i el museo de los “utensilios para la agricultura”. Tiene algunos restaurantes y un alojamiento donde se alquilan habitaciones. A unos 3 Km. de la población y junto a la vía verde (ruta para recorrer en bicicleta que sigue el trazado de una antigua vía férrea, la Val de Zafán) aparcaremos el coche y veremos el impresionante Assut, una obra hidráulica que se empezó a construir el la época islámica y que sirve para distribuir el agua hacia los canales de riego. El Assut es un buen medidor del caudal. Cuando el río baja con mucho agua se nota por el salto del agua, pero no se ve. Si está a vistas es que el agua que baja es escasa y muchas veces, sobre todo en verano, apenas se la ve deslizarse por él. Seguiremos por la carretera hacia Benifallet, nombre de claras connotaciones árabes. Para llegar hasta el pueblo primero deberemos cruzar el puente del Llaguter y coger enseguida el cruce de la derecha que nos acercará al pueblo. En la misma entrada, a mano derecha veremos la oficina de turismo. En Benifallet, además de los ricos pastissets (dulce en forma de media luna relleno de cabello de ángel) son famosas sus cuevas. Cruzaremos el pueblo y cogeremos la vieja carretera de Tortosa. A unos 4 Km. nos desviaremos a la izquierda para tomar una estrecha carretera que nos llevará hasta las cuevas. A su entrada hay un pequeño bar donde podremos beber o comer, según nos apetezca. La visita a las cuevas se hace en 45 minutos. De las tres cuevas que hay (de les Maravilles, la del Dos y la de Marigot), se pueden visitar las dos primeras. De las innumerables formaciones de estalactitas, estalagmitas y columnas, destacan sobre todo los grupos de estalactitas excéntricas (sin orden alguno; igual bajan que suben que se van hacia un lado u otro) Al regresar a Benifellet podremos comer en alguno de sus restaurantes. También tiene un hotel. Hay una empresa que se dedica a realizar salidas por el río y recorrer sus islas y recónditos rincones. Es el Ebro desde otra perspectiva. Saldremos de la población, siempre remontando el río y pronto dejaremos la comarca del Baix Ebre para entrar en la de la Ribera d’Ebre. La primera población que encontraremos será Rasquera. En Rasquera hay un alojamiento de turismo rural y un par de restaurantes. A 9 Km. del municipio está el balneario de Cardó. Se accede al mismo por una serpenteante carretera en una zona de mucho bosque y gran belleza paisajística. Hasta el año pasado se explotaba comercialmente su manantial. También se puede visitar la ermita de Santo Domingo del s. XVII. Des de Rasquera continuaremos hasta el paso de barca de Miravet. Si queremos cruzar el río podremos hacerlo con la única barcaza que existe en esta zona. La barcaza es más pequeña y de diferente construcción a las existentes en el Delta. Esta va sobre “llaguts” (típicas embarcaciones de estas comarcas ya en desuso) que tiene conocidos nombres: Isaac Peral y Monturiol. Prácticamente funciona todo el año. En la otra orilla el castillo templario de Miravet domina el pueblo desde una pequeña cumbre. Seguiremos hacia Ginestar (que toma el nombre de la flor de la genista). La población está a escasos quinientos metros de la carretera. Destaca la iglesia de S. Martín del s. XVIII de estilo barroco y la ermita de S. isidro del siglo XVII, al lado del pueblo. Seguiremos subiendo el río hasta llegar al cruce de Tivissa, la última población que visitaremos. Si hemos llegado hasta aquí es para poder visitar los restos de uno de los mayores poblados íberos de la península. Es el poblado de Castellet de Banyoles. Su extensión alcanzaba las 4,4 Ha. Accederemos a el por un camino de tierra que sale des de el lado derecho de la carretera a unos 3 Km. del cruce. Se puede acceder en coche hasta el recinto. La vista desde lo alto del río Ebro y su valle es impresionante. Durante sus excavaciones se encontró un tesoro de oro y plata que se guarda en el Museo Arqueológico de Tarragona. Continuaremos hacia Tivissa para visitar el centro de interpretación de los íberos, los portales medievales, últimos restos de sus murallas y la iglesia de San Jaime de estilo barroco. El ayuntamiento y el antiguo hospital ocupan el lugar donde antaño estuvo el castillo. En Tivissa podremos alojarnos en el camping-albergue que, además es restaurante y en el hostal restaurante. Tiene oficina de turismo. El regreso será rápido en algo más de media hora llegaremos a Tortosa.

dimecres, 26 de setembre del 2007

LA TINENÇA DE BENIFASSÀ: UN PEQUEÑO TERRITORIO DE INFINITAS POSIBILIDADES

LA TINENÇA DE BENIFASSA: UN PEQUEÑO TERRITORIO DE INFINITAS POSIBILIDADES

Nuestro punto de salida y destino será desde la Sénia, en el S de Tarragona. Siempre he tenido la sensación de que después de la Sénia (unos 6.000 h.) ya no existe nada. ¡Pero nada menos cierto! Más allá hay un territorio montañoso, de pueblos ínfimos, llenos de historia y leyendas y sobre todo ¡naturaleza en estado puro! Por estas tierras pasó el rey Jaime I el Conquistador camino de la reconquista del Reino de Valencia, también el general carlista Cabrera de sobre nombre el tigre del Maestrazgo… La ruta que propongo es por la Tinença de Benifassà situada en la provincia de Castellón pero con mejores comunicaciones (es un decir) con la comarca del Montsià, en Tarragona. Cruzaremos la Sénia i tomaremos la carretera que nos conducirá hacia la Tinença. No esperemos encontrarnos ni con una autovía ni siquiera con una carretera comarcal. Todo el recorrido lo haremos por una estrecha y tortuosa carretera; por lo que deberemos conducir con mucha prudencia. Hay que tomarse la excursión con calma, recrearnos con el paisaje, parar, bajarnos del coche y, si nos apetece, recorrer a pie alguno de los caminos y senderos que iremos encontrando.

Después de cruzar el río Sénia por un estrecho puente, nos adentraremos en la Comunidad Valenciana, en el Maestrazgo, tal como indican los carteles. Uno de ellos con el croquis de la encrucijada zona (encontraremos más por el camino). Nuestra primera parada será en la Font de Sant Pere, antiguo merendero situado en el lecho del río. Si estamos sediento nos sentará bien un trago de agua fresca del chorro que mana de forma constante de entre las rocas. Y si tenemos calor y queremos darnos un baño, podremos hacerlo en las aguas cristalinas del río. Arriba, junto a la carretera, hay un pequeño restaurante, el primero de nuestro trayecto. Proseguiremos el recorrido entre pequeñas casas de labranza y chalets de segunda residencia hasta llegar a la vieja fábrica harinera del Molí de l’Abad. A su lado otro restaurante, un hotel y un camping, muy mejorado en los últimos años. Sólo cruzando por el restaurante podremos disfrutar de un sorprendente paisaje junto al río y criaderos de truchas, propiedad del establecimiento. Continuaremos el viaje subiendo hasta llegar al pequeño pantano de Ulldecona. Aquí encontraremos un nuevo restaurante y un hotel de montaña. Si es temporada podremos practicar deportes acuáticos (alquiler de canoas y patines), nadar, hacer paseos a pie o con bicicleta de montaña e incluso pescar (la pesca está controlada) Nada más pasar el embalse, a mano derecha hay una pista forestal llena de posibilidades. Seguiremos la carretera hasta encontrarnos con una bifurcación. Tomaremos la carretera de la izquierda camino de la Pobla de Benifassà a pocos kilómetros. Antes de llegar al Bellestar (o Ballestar), pedanía de la Pobla y que será el primer pueblo que visitaremos, nos encontraremos con otra bifurcación. Seguiremos hacia la izquierda para proseguir la ruta trazada. Enseguida veremos el enclave, sobre una pequeña colina. Abandonaremos la carretera y subiremos hacia el pueblo. Es un pueblo con encanto, con ángel… Hay otro restaurante y una casa de turismo rural. Visitaremos la iglesia del siglo XIII y recorreremos sus calles con casas de paredes de piedra y cal. Un matrimonio, que emigró hace tiempo a la Sénia para que sus hijos pudieran ir a la escuela y progresar, nos dice que sólo 14 o 15 personas viven todo el año. Que en verano se llena de gente y que a principios de agosto celebran sus fiestas patronales… Volviendo a la carretera subiremos a la Pobla (con unos 250 habitantes es el núcleo más poblado) Aquí hay restaurante, hotel y albergue con restaurante de comidas caseras, como indica el rótulo. Una iglesia del s. XII domina la población desde el alto de cerro. Volviendo sobre nuestros pasos regresaremos hasta el primer cruce y cogeremos la carretera que nos conducirá a Castell de Cabres. El camino se nos hará un poco largo hasta que al fin nos encontremos con el Boixar (boix, en castellano boj) Seguiremos un poco más hasta llegar a Castell de Cabres. En la subida nos encontraremos con el ramal principal del sendero de gran recorrido GR-7, que lo volveremos a encontrar más tarde, en Fredes. Es el pueblo más alto de nuestro recorrido (1134 m.) En la actualidad tiene una veintena de habitantes. Tiene dos restaurantes donde poder comer, justo a cada lado de la entrada del pueblo. Jordi un amigo que sube a cazar a menudo nos aconseja que lo hagamos en el que está a la izquierda según llegas. En la plaza del centro del pueblo está la iglesia (s. XVIII) y una fuente de recién construcción y un poco más apartado a la izquierda, un pozo que debía de abastecer de agua a los habitantes cuando no se disponía de agua corriente. En algunas casas está rotulado el apodo de la familia propietaria. Antiguamente había un castillo que dominaba el sitio. Desde aquí sale una carretera hacia Morella y Alcañiz. Bajaremos hasta el Boixar para visitar la iglesia del siglo XVIII. Hay un alojamiento rural, un bar y una tienda de recuerdos. Existe una artesanía basada en la madera de boj, sobre todo se confeccionan utensilios de cocina: cucharas, tenedores, espátulas, etc. Siguiendo la carretera llena de árboles, llegaremos al Coratxar, también pedanía de la Pobla. Existe una hospedería con encanto. Accederemos a la iglesia (s. XIII) por una rústica escalera. Desde aquí se domina el pueblo. Al bajar nos encontramos con una cuadrilla de cazadores que salen del restaurante. Han abatido algunos jabalíes haciendo ostentación de ello colocando uno sobre el capó de su vehículo. Reconocemos a unos cuantos (entre ellos a Jordi) que se acercan a saludarnos. Agustí, un viejo conocido de la Sénia, nos dice que si vamos con un vehículo todo terreno desde aquí y cruzando 3 o 4 barrancos podremos llegar a Peñarroya de Tastavins (Teruel) Proseguiremos nuestro camino volviendo por donde hemos venido. Al salir del Boixar, cogeremos dirección la Sénia hasta encontrar una bifurcación a la izquierda que nos conducirá hasta Fredes. Antes de llegar una nueva bifurcación y seguiremos a la izquierda. Antes de llegar encontraremos la Colonia Europa, una urbanización de chalets cuya construcción comenzó en los años 60. Aquí encontramos otro restaurante muy integrado en el paisaje. Fredes, que está casi todo el año deshabitado, es un paraíso para el excursionista por sus numerosas pistas y senderos. Por aquí pasa el sendero de gran recorrido GR7 que, siguiéndolo podríamos llegar a Francia atravesando Andorra. Si lo hiciéramos hacia el S llegaríamos hasta Tarifa cruzando toda España. En algunas épocas del año abre un restaurante y también tiene un alojamiento rural. La iglesia es del s. XVIII, al lado unos lavaderos cerrados pero que son visibles desde una ventana situada en la parte de atrás. Si continuamos la pista forestal que sale justo al llegar al pueblo, junto a la fuente, llegaremos al “Tossal dels Tres Reis” (1356 m.) donde confluyen Aragón, Catalunya y Valencia. Dice la leyenda que en este punto podían reunirse los 3 reyes sin salir de su propio territorio. Un poco más arriba, en territorio catalán, el refugio de Font Ferrera, el único lugar donde esta permitido acampar. Regresaremos a Fredes y desde allí hasta la Sénia lo haremos por una carretera de ¡2 carriles! que nos conducirá hasta el primer cruce que nos habíamos encontrado en la subida. Pero aún nos queda otra sorpresa: el impresionante monasterio cisterciense de Santa María de Benifassà de estilo gótico. De repente aparecerá debajo de nosotros y nos iremos acercando a él en medida que vayamos bajando por la zigzagueante calzada. Una vez lleguemos al cruce podremos acercarnos al recinto por un tramo final muy estrecho y lleno de ciprés. Tal vez al llegar quedemos un poco decepcionados: la vista desde aquí del monasterio es escasa, ya que está totalmente rodeado de un muro y sólo se puede visitar la iglesia los jueves de 13 a 15 h. Lo habitan una veintena de monjas de clausura. Desde aquí, llegaremos enseguida al cruce y ya, sin escalas, regresaremos al punto de partida.

OTROS DATOS DE INTERÉS:

-Durante las fiestas patronales de la Sénia en honor a San Bartolomé (24 de agosto) son célebres las carreras de caballos de pura sangre.

-El 11 de septiembre se ha inaugurado el primer hotel de negocios de la demarcación.

-Si hubiéramos seguido la pista forestal que sale del embalse, en la partida de les Vallcaneres nos habríamos topado con el “pi gros” (pino grande) y un poco más arriba con un bosque de hayas, el más meridional de Europa con la conocida como “faig pare” (haya padre) de impresionantes raíces. Declarados árboles monumentales por la Generalitat de Catalunya.

-La mejor época del año para visitar los parajes naturales es otoño. Sobre todo para ver el hayadal con sus hojas amarillas cubriendo el suelo.

-Si es un año de lluvias también lo es en abundancia de setas. La más apreciada es el robellón.

-Con un poco de suerte podemos toparnos con alguna de las especies de animales salvajes: cabra hispánica, jabalí, águila, buitre, etc.

COMO LLEGAR. Sólo una opción: por la salida 42 de la AP-2. A partir de aquí, si retrocedemos un poco podremos coger una carretera que pasando por San Rafael del Río, nos llevará hasta la Sénia. También podemos ir por Ulldecona y, antes de entrar en la población coger la carretera de la Sénia.

dimarts, 7 d’agost del 2007

EL DELTA DEL EBRO

El Delta del Ebro es un capricho de la naturaleza situado al S de Catalunya. Buena parte del mismo es parque natural de la Generalitat de Catalunya. El río Ebro lo divide en dos partes prácticamente iguales. El lado N, que pertenece a la comarca del Baix Ebre, encontramos las poblaciones de l’Ampolla, Camarles, l’Aldea y Deltebre (compuesto por los núcleos de la Cava, i Jesús i Maria i la urbanización de Riomar) Y en la S (en la comarca del Montsià): Amposta, Sant Carles de la Ràpita, Sant Jaime d’Enveja i los núcleos de Poble Nou del Delta y Balada, els Muntells y la urbanización de Eucaliptos. Su vasto territorio es una encrucijada de carreteras, caminos rurales (pertenecientes a la comunidad de regantes) y acequias que transcurren entre arrozales durante las estaciones de primavera y verano y entre grandes extensiones de tierra sin cultivo en las de otoño e invierno. Para recorrerlo con minuciosidad hay que pasarse varios días ya que las rutas que podemos realizar son numerosas y para ello podemos utilizar varios medios de locomoción, embarcaciones, bicicletas, caballos, obviamente el coche y también a pié. Ahora bien en la primera visita, hay cosas que el visitante no puede dejar de hacer: los paseos en bicicleta para deleitarnos de la flora y la fauna autóctonas; el recorrido en barco recreativo por el río, hasta la mismísima embocadura, allí donde el Mediterráneo y el Ebro se confunden; el paso del río con uno de los tres transbordadores (barcazas) que todavía existen, ¡toda una experiencia!; la visita obligada a los eco museos y, como no, comer en alguno de los restaurantes de comida típica donde degustar los majares propios: angulas, anguilas, ancas de rana, ortigas… y sobre todo el arroz, cocinado de múltiples maneras ¡a cuál de ellas más sabrosa! La ruta elegida en esta ocasión transcurre por el hemidelta S y lo iniciaremos en Amposta. La ciudad, con 20.000 habitantes es la capital de la comarca del Montsià, la más meridional de Catalunya. Llegaremos hasta allí saliendo de la AP-7. Aunque también se puede llegar por la N-340. El tren nos dejará en l’Aldea, a unos 5 Km. Es aconsejable entrar por el puente colgante (ahora mismo en reparación), símbolo de la ciudad y que fue construido entre los años 1915 y 1919. En Amposta podemos hacer la ruta de las casas modernistas (de principios del siglo XX), la mayoría de ellas situadas en la avenida de la Ràpita, la principal arteria comercial de la ciudad; o el recorrido medieval la zona del castillo (s. XII y XIII), de los tiempos en que la ciudad era la capital de la Castellanía de su mismo nombre y gobernado por la Orden de San Juan del Hospital de Jerusalén (junto al puente colgante) y del que todavía quedan algunos restos como las puertas que daban al rio, los fosos y algún resto de las murallas de una época más reciente, concretamente de las guerras carlistas. Y en el otro lado, sólo separado del ayuntamiento (principios del s. XX) por un estrecho callejón, podremos ver la casa Miralles, de estilo medieval. Y a unos 3 Km., en dirección a Tortosa, la torre de la Carrova (s. XII y XIV), al lado de la torre las ruinas de una villa romana. En su término municipal todavía estén otras torres, como la de S. Juan. También el edificio del mercado con las cristaleras obra de Bronson Shaw, reproduciendo la flora y la fauna del Delta. El museo del Montsià (antiguas escuelas de principios del s. XX) dónde se realizan constantes exposiciones. El ayuntamiento y la iglesia arciprestal, consagrada a Nuestra Señora de la Asunción, en la plaza de España, en pleno corazón del barrio de la Vila. También podemos visitar “les cases barates”, declaradas de interés local a la salida de la población partiendo hacia el interior de la comarca y la biblioteca comarcal Sebastià Juan i Arbó, el gran narrador del Delta. Y si nos apetece ir al cine o tomarnos unas copas nos acercaremos hasta la zona lúdica de Tosses, a 1 Km. del casco urbano dirección a Santa Bàrbara. Además de una gran oferta en discotecas, bares musicales y otros locales, podremos contemplar dos imponentes murales obras del pintor Josep Niebla. Para adentrarnos en el Delta saldremos de Amposta en dirección a Sant Jaume d’Enveja. En esta población podremos visitar, si es sábado o domingo, el centro de interpretación de la barraca (construcción típica que, como tantas otras cosas, llegó con los valencianos que vinieron a trabajar el arroz en los inicios de su cultivo) Al salir del municipio continuaremos siguiendo el canal por la orilla derecha y llegaremos a la playa de Migjorn. Además de ser un enclave estratégico para observar las lagunas, el río y el mar, desde un enorme mirador, podremos practicar, si nos apetece, el nudismo en una de las pocas playas vírgenes que todavía existen en el territorio. Volviendo sobre nuestros propios pasos, al llegar a Sant Jaume, cogeremos una de las carreteras que conducen al Poble Nou del Delta. Este núcleo de población pertenece a Amposta y en el año 2006 se cumplieron los 50 años de su fundación. Allí se establecieron colonos venidos de pueblos cercanos y de más allá del Delta para hacerse cargo del cultivo del arroz como arrendatarios de aquellas enormes extensiones. En los últimos tiempos, el Poble Nou, se ha ido adaptando y va dejando atrás los que ha sido tradicionalmente su principal fuente de ingresos, la agricultura, para dedicarse más al sector servicios y más concretamente, el turismo. Dispone de varios alojamientos rurales (llamados aquí “cases de pagès” -7, en 2008-), restaurantes, casas de colonias, camping, etc. y otros servicios como alquiler de bicicletas. En 2007 sé inauguraron dos hoteles de tres estrellas, pequeños pero con mucho encanto. El visitante quedará impactado por la uniformidad de sus construcciones y calles. Todo el pueblo es un inmenso jardín lleno de palmeras. Sin duda nos recordará un poblado del N del África. Siguiendo el Sol de poniente, cogeremos una estrecha carretera que nos conducirá a Sant Carles de la Ràpita. Ante nosotros la sierra del Montsià, que presta su nombre a la comarca y verdadera referencia geográfica que sirve de punto de orientación en todo el Delta para el visitante novel. Sant Carles de la Ràpita fue, en el siglo XVIII la “debilidad” de Carlos III (de ahí su nombre) Todavía hoy podemos encontrar algún vestigio de aquel tiempo como la iglesia inacabada llanada Nueva. Pueblo de tradición marinera, también aquí el turismo ha cogido un auge importante en las últimas décadas. Prueba de ello es la expansión en forma de urbanizaciones que han surgido en su entorno. En la Ràpita (como la llaman los lugareños) se puede degustar una de las mejores y más variadas cocinas marineras de la provincia de Tarragona. Es obligado visitar el casco antiguo (plaza de Carlos III y del Coc), el muelle y la lonja de pescadores, el paseo marítimo y las playas. Para el noctámbulo, la zona de ocio se encuentra situada en el parque de Garbí, lugar histórico porque, en el siglo XVI, muchos de los musulmanes expulsados partieron desde este punto.

dissabte, 4 d’agost del 2007

UN RECORRIDO POR LOS RECUERDOS DE LA GUERRA CIVIL

La comarca de la Terra Alta está situada geográficamente al sur de la provincia de Tarragona, limitando por el N con la de Zaragoza, por el O con la de Teruel y por el S y E, con las comarcas catalanas del Baix Ebre y Ribera d’Ebre, respectivamente. En esta zona, donde son abundantes los viñedos, los olivares y los bosques de pinos, entre julio y noviembre de 1938, tuvieron lugar los más duros combates de la llamada Guerra Civil Española. Lejos de pasar página a este triste periodo de la historia reciente de España, se quiere recuperar la memoria histórica para que nunca jamás vuelva a haber un episodio tan cruento. El Consorci per a la Recuperació de la Memòria de la Batalla de l’Ebre (COMEBE) está restaurando una serie de espacios, protagonistas en su tiempo de los combates entre las fuerzas republicanas y franquistas. Una de estas rutas ya es visitable y recorre varios municipios y parajes de la comarca. Aunque uno puede hacerlo por su cuenta, siempre es más aconsejable la compañía de un guía que te vaya explicando con detalle los pormenores de cada uno de los lugares visitados. El recorrido comienza en municipio de Corbera d’Ebre, donde se encuentra el Centro de Acogida “115 días”, que es, precisamente, el tiempo que duró la Batalla del Ebro. Desde allí se sale para visitar las impresionantes ruinas del “pueblo viejo”, también conocido como el Belchite catalán. Una de las curiosidades es que puede hacer el recorrido siguiendo “el alfabeto de la libertad”. Las letras, colocadas en perfecto orden, son esculturas realizadas por varios autores, quizás el más conocido de todos sea Joan Brossa. Al lado de cada escultura se puede leer un texto relativo a lo que el artista ha querido expresar con su obra. La parte del recorrido más impactante se encuentra en el altar mayor de la destruida iglesia de San Pedro. Allí se lee la palabra PAU (paz) junto con varios carteles de todos los países que se encuentran en guerra en la actualidad. Están pintados con letras rojas sobre fondo negro. Rojo de sangre y negro de luto. Finalmente un interrogante simboliza: “¿realmente tenemos paz?”. Una vez finalizada la visita al “pueblo viejo” de Corbera d’Ebre, se sale del municipio cogiendo la carretera de Mora d’Ebre hasta llegar a les Campusines, justo al cruce de la carretera de Ascó, “famoso” por sus centrales nucleares. Junto a la ermita de San Bartolomé, nos encontramos con el Menorial del mismo nombre, alzado en honor a los soldados que cayeron en combate en ambos bandos (inaugurado este mismo año) En este lugar podremos leer en su lengua natal 10 pequeñas biografías (de 5 soldados por bando) Su originen es diverso, mientras 9 son de distintas comunidades de España, el décimo es inglés. Con ello se quiere representar la dimensión que alcanzó la contienda. Este lugar tuvo un interés estratégico, ya que era un nudo importante de comunicaciones y su misión era facilitar el avituallamiento de las tropas del frente. Cogiendo la carretera de la Fatarella, a poca distancia del monumento, al cabo de unos kilómetros, en su lado derecho, llegamos al paraje llamado les Devees. Allí se puede ver un pequeño tramo de trinchera recuperada con un habitáculo excavado en el terreno. El lugar, a parte de ser un control sobre la carretera, era un puesto de retaguardia y descanso de las tropas republicanas. Después nos dirigimos hacia Villalba dels Arcs. Por la carretera observamos varios monumentos erigidos a los combatientes de los dos bandos por sus compañeros supervivientes. Cruzamos el pueblo en dirección a la Pobla de Massaluca. A los pocos minutos, a la izquierda, vemos el paraje de els Barranquets. Allí volvemos a encontrarnos con una zona de trincheras (mayor que la anterior), pero con la novedad de la existencia de pozos de tirador (que era el lugar más avanzado de la línea de fuego) También se han restaurado los barracones de descanso de los soldados, así como los de los mandos (algo mayores y con estanterías excavadas en las paredes para depositar sus objetos personales) y trincheras de evacuación de los heridos y de la tropa en general. Desde este lugar, también dentro de la zona de control de los soldados de la República, se controlaba la antigua carretera de la Pobla de Massaluca, aunque, prácticamente, no entró en combate. Después de comer y degustar los conocidos vinos de la Terra Alta (D.O.), por la tarde, nos dirigimos a uno de los lugares donde los combates tuvieron una mayor intensidad: la sierra de Pàndols y su famosa cuota 705. Para llegar, hemos de dirigirnos hacia Gandesa y desde allí coger la carretera de Tortosa que sale del centro de la villa. Entre curvas, al cabo de unos kilómetros, a la derecha, nos encontramos con una señal que nos indica el Santuario de Nuestra Señora de la Foncalda. Salimos de la carretera y cogemos un camino asfaltado primero y de tierra a los pocos metros que va ascendiendo tortuosamente por la montaña. Una vez en la cumbre, sobre una pequeña explanada, espléndido mirador sobre las montañas y valles, desde donde se ve el rio Ebro y poblaciones como Pinell de Brai y Corbera d’Ebre, se levanta un cubo de piedra, apoyado en uno de sus vértices, con las caras superiores gravadas. Quizás el gravado más significativo sea el de la paloma de la paz dentro de un círculo que representa el sol naciente. El monumento se alzó en honor de los aviadores de la llamada “quinta del biberón” (la del 41) El lugar fue visitado el pasado 25 de julio por el Ministro de Defensa José Bono que rindió homenaje a los que allí murieron en combate. Finalmente nos dirigimos al pueblo del Pinell de Brai, donde finalizará nuestra excursión. Descenderemos hasta llegar nuevamente a la carretera de Gandesa a Tortosa y tomaremos la dirección a esta última ciudad. Al poco rato llegamos a una pequeña rotonda que rodeamos para dirigirnos al Pinell, que divisamos perfectamente. En el centro del pueblo se ha creado el primer centro de interpretación denominado “las voces del frente”, de los varios proyectos existentes. Aquí se explica la importancia que tuvo la propaganda durante la guerra, el papel de la prensa (tanto nacional como extranjera), de los capellanes castrenses por el lado franquista y los comisarios políticos por el republicano y de los diferentes mensajes que se lanzaban entre los dos bandos. También se pueden escuchar las canciones de la época. Pero lo más impresionante es poder entrar en la reproducción de un bunker de mando y escuchar los partes de guerra de los dos ejércitos, junto con la alternancia del sonido de bombas y ametralladoras... El realismo está bastante conseguido, sin omitir detalles como mapas, compases, prismáticos, bombillas con filamento de la época, etc. De momento se realizan dos salidas, parten del mismo punto y a la misma hora, con recorridos inversos. Una es en catalán y la otra en castellano. Ya fuera de la ruta temática es aconsejable visitar las bodegas modernistas del Pinell de Brai y Gandesa obras del arquitecto César Martinell y que pugnan entre sí por ser las catedrales del vino. Pero esto, por si sólo, ya nos daría para otra excursión.

dijous, 2 d’agost del 2007

CÉSAR MARTINELL: LA ARQUITECTURA DEL VINO

Lo cierto es que trazar una ruta por las zonas vitivinícolas (actuales y de antaño) siguiendo la arquitectura de César Martinell i Brunet (Valls 1888-Barcelona 1973), discípulo de Gaudí y uno de los principales exponentes del modernismo catalán de principios del siglo pasado, podría hacerse tan extensa, variada e interesante como interminable. Y es que César Martinell, el gran arquitecto de las bodegas de Catalunya, tiene obras esparcidas hasta los más recónditos rincones de su geografía. Por lo tanto vamos a centrarnos a las existentes en las comarcas más meridionales: el Montsià, la Terra Alta y el Priorat. Nuestro primer destino será Ulldecona, porta de Catalunya, como rezaba un antiguo eslogan. Es una de las poblaciones que colindan con la provincia de Castellón. Muy accesible por carretera, ya que la AP-7 nos dejará prácticamente a sus puertas, aún en el término municipal de Vinaròs. Desde allí cogeremos la carretera comarcal de Vinaròs a Tortosa, cruzaremos el río Sénia que hace de frontera natural entre las dos autonomías y continuaremos hasta llegar a Ulldecona, teniendo en cuenta que debemos de abandonar la carretera nada más llegar a la población. Al encontrarnos con una alameda, a la derecha, seguiremos los indicadores que nos llevarán a la oficina de turismo, en el edificio de la estación del tren. Allí nos informarán de los diversos lugares que podemos visitar: la ermita de la Virgen de la Piedad, las pinturas rupestres de sus alrededores (patrimonio de la humanidad) y su centro de interpretación, los olivos bimilenarios del Arión (de la época de los romanos, ya que la carretera que nos conducirá hasta allí sigue el trazado de la antigua Vía Augusta), los poblados íberos, el castillo, conquistado por Ramón Berenguer IV a los árabes y donado a la orden de San Juan del Hospital de Jerusalén, la foia i sus balsas, etc. Al salir de la oficina de turismo seguiremos por el paseo de la Estación hasta encontrar el edificio de la antigua bodega obra de César Martinell, hoy propiedad del ayuntamiento. La verdad es que se encuentra en un estado bastante lamentable. En la plaza de la Iglesia existe otra obra de Martinell llamada Casa de la Feligresa. Entre los buenos restaurantes que tiene Ulldecona son recomendables los situados en la carretera de la Sénia (la capital catalana del mueble) y els Valentins, un barrio del municipio. Podremos adquirir productos de la tierra en la agrobotiga situada en los bajos del edificio de oficinas de la cooperativa, nada más entrar en la población. El siguiente destino será el Pinell de Brai a 55 Km., situado en la comarca de la Terra Alta, comarca vinícola con D.O. Saldremos de Ulldecona con dirección a Tortosa (N-238) y, sin cruzar el río Ebro, coger la carretera de Gandesa (C-12 o Eix de l’Ebre). Carretera que abandonaremos antes de llegar a Benifallet cogiendo el cruce de la derecha en dirección a Gandesa (C-43). Al llegar al cruce del Pinell ya divisaremos la bodega, situada a la entrada de la población. Es una de las denominadas catedrales del vino. Es destacable el friso cerámico de la fachada, donde se explica todo el proceso de elaboración del vino, obra de Javier Nogués. En el centro urbano se puede visitar el centro de interpretación de la Batalla del Ebro. El Pinell es un pueblo pequeño pero dispone de varios restaurantes. Volviendo a la carretera que habíamos dejado atrás, a muy pocos kilómetros, llegaremos a Gandesa, capital de la comarca. En el cruce situado en el centro de la población debemos de ir a la derecha. Sin salir del pueblo nos encontraremos con otra catedral del vino. En Gandesa podemos visitar la parte medieval y el museo dedicado a la Batalla del Ebro. Partiremos hacia Falset (a unos 40 Km.) siguiendo la carretera en dirección a Móra d’Ebre. Cruzaremos el río Ebro y continuaremos en dirección a Falset por la N-420 para adentrarnos en la comarca del Priorat (D.O.) que, al igual que la comarca que dejamos atrás, es una zona vinícola por excelencia. Esta comarca toma su nombre del antiguo priorato de la Cartuja de Scala Dei. Aunque esté fuera de nuestra ruta, sus ruinas, al pié de la impresionante sierra del Montsant, de donde se sacó la piedra para su construcción, es una visita obligada que seguro no dejará indiferente al viajero que recorra sin prisas estos parajes. Entraremos en Falset y enseguida dejaremos la carretera para coger una calle a la derecha para llegar a la cooperativa agrícola (Falset-Marçà) obra, como no, de César Martinell. Además del vino, es aconsejable la compra de la garnacha, vino dulce muy apropiado para acompañar a los frutos secos y vermú (vino de aperitivo) en alguna de las agrobotigas y vinaterías que hay en la calle principal, no lejos de la cooperativa. Falset dispone de oficina de turismo, hostal, fonda y varios restaurantes en el centro de la población. Podremos visitar el castillo del siglo XII, el palacio de los condes de Azara y los restos de la muralla. En sus alrededores (se ha de coger el cruce a la izquierda justo antes de llegar al municipio) se pueden visitar las minas de plomo y su museo temático en Bellmunt. No podemos finalizar nuestra ruta sin visitar la segunda de las bodegas que Martinell proyectó en esta comarca a 28 Km. de Falset. Saliendo de la población por la misma carretera que habíamos entrado dirección Reus, a pocos kilómetros nos encontraremos una comarcal (C-242) que conduce a Ulldemolins, al cabo de poco tiempo y no sin antes salir del Priorat y recorrer algunos kilómetros la vecina comarca del Baix Camp para volver a adentrarnos un poco después, llegaremos a Cornudella del Montsant, también tierra de buenos vinos con D.O. En esta población encontraremos la última bodega de Martinell de nuestro recorrido, justo a la entrada, al lado de la oficina de turismo. Si hemos llegado hasta aquí, no nos importará seguir hasta el pequeño enclave de Siurana de Prades, dentro del mismo término municipal. Hay que salir de la población y coger una estrecha y sinuosa carretera a la derecha. Éste fue el último enclave musulmán de Catalunya. De estructura medieval, tiene restos de un castillo cargado de leyendas y una iglesia románica, además de hotel, restaurante y bar. Un consejo: dejemos el coche y recorramos a pie sus alrededores siguiendo alguno de sus senderos marcados. El paisaje que se nos presenta delante de los ojos es de una belleza difícil de describir.

dimecres, 1 d’agost del 2007

LA GALERA, PUEBLO DE TRADICIÓN ALFARERA

Lo que en el pasado debió de ser un enclave estratégico para los diferentes grupos de gentes que deambulaban de norte a sur y de sur a norte de la península, hoy no es más que un pequeño punto difícil de ubicar en el mapa. La Galera (unos 800 h.), se encuentra situado en el corazón de la comarca del Montsià, cruzado por lo que fue, durante muchos siglos, una de las principales calzadas de la península Ibérica: la vía Augusta. Todavía hoy nos quedan vestigios de este pasado en el viejo puente que cruza el barranco. No lejos de él, la torre medieval del siglo XIV que sirvió de atalaya para avistar los confines del antiguo reino de Valencia, a través de la inmensa llanura que comparte nombre con el pueblo y el barranco y que tiene sus límites en la montaña de los Ports de Caro por el O y la sierra de Godall por el E. Si se ha de buscar un rasgo diferenciador del pueblo, éste es, sin lugar a dudas, el oficio de alfarero. Según dicen los del gremio: “el más antiguo del mundo, ya que cuando Dios creó al hombre de barro, se convirtió en el primer alfarero”… A principios del siglo XX aún existían varios talleres que se dedicaban a moldear barro para fabricar los más variopintos utensilios: desde prácticas cantimploras para carro, pasando por grandes cántaros para acarrear agua o madrigueras para conejos, hasta objetos destinados para la construcción como tejas, canelones, etc. Tal y como avanzaba el siglo y con la llegada al mercado de otros productos más modernos, la actividad alfarera fue decreciendo hasta quedar un solo taller en activo. A mediados de la década de los noventa, un grupo de gente, unido por la inquietud de divulgar el oficio de alfarero, decidió constituirse en una sociedad cultural (El Cadub) i promover, en complicad con el ayuntamiento, una feria anual. De esta forma se fomentaría el turismo, hasta entonces un sector sin demasiado interés en el municipio. Para aquella, ya lejana, primera feria se invitó a las poblaciones de Tivenys (en la comarca del Baix Ebre) y Traiguera (en el Baix Maestrat, provincia de Castelló) Ambas poblaciones comparten con la Galera una milenaria tradición alfarera. Desde aquella primera edición, hasta la de este año (y van 14), el auge que ha ido cogiendo la Fira de la Terrissa, ha sido tan grande, que se ha convertido en la más importante entre las que se dedican al sector de la cerámica popular del sur de Catalunya. Hoy acuden al certamen casi cien expositores venidos desde varias comunidades españolas: Asturias, Castilla la Mancha, Aragón, Extremadura, València, les Illes Balears, etc. I también de diversos países de Europa (Portugal, Alemania, Italia, Francia, Rusia…) de África (Marruecos y Argelia) y de Asia (Pakistán). Es tradición que cada año se dedique la feria a una comunidad autónoma, en el 2007 fue Extremadura. Además en cada edición se crea una pieza conmemorativa de edición limitada, numerada y certificada. Un ejemplar de cada una de estas piezas se exhibe en el centro de interpretación Terracota, creado a partir del auge de la feria. En el centro de interpretación, que abre los sábados y domingos por la mañana y durante los días de la feria y que hace a la vez de oficina de turismo, se pueden contemplar también una gran representación de piezas salidas de los hornos locales, los árboles genealógicos de las familias alfareras de la villa y otras curiosidades. Está ubicada en los bajos de la casa consistorial, un sobrio edificio de principios del siglo XX. También se aprovecha para hacer exposiciones. Tradicionalmente la feria tiene lugar durante el puente del 1º de mayo y suele durar entre 3 y 4 días, alcanzando la cifra de más de cuarenta mil visitantes. Durante el resto del año se puede visitar el taller de Joan Cortiella situado en la misma entrada del pueblo llegando desde el S. Para comer y hospedarse, en la Galera existen dos restaurantes, dos bares y dos casas de turismo rural, una de ellas situada por donde debió pasar la vía Augusta, cerca del puente, hoy calle Tarragona. En la vecina población de Santa Bàrbara, a unos 5 Km. hay dos hoteles y varios restaurantes y en Masdenverge, a 8 Km., fueron pioneros en turismo rural. Seguro que quien visite la feria no se irá de ella sin llevarse algún cacharro… y, en este caso, ¡nunca mejor dicho! Como llegar: Desde Zaragoza. Por la AP2 hasta la salida de Fraga, desde allí coger la carretera local que lleva hasta Maials. Una vez allí coger la C12 o Eix de l’Ebre hasta Tortosa. Saliendo de Tortosa hacia el S por la comarcal T331 hasta pasar Santa Bàrbara que se cojera, en una rotonda, la carretera local T3311 que nos llevará a nuestro destino. Desde Barcelona. Por la AP7 o N-340. Se saldrá en Amposta y se cogerá la T344 en dirección a Masdenverge y Santa Bàrbara. Al llegar al cruce, continuar a mano derecha y seguir el tramo final como se indica en el punto superior. Desde Valencia. También por la AP7 hasta llegar al peaje de Vinaròs-Ulldecona o por la o la N-340 hasta Vinaròs. En el segundo caso, al salir de Vinaròs se cogerá la carretera de Ulldecona (CV11). Desde el peaje de la autopista el recorrido es el mismo. A partir de allí seguir hasta Ulldecona y antes de llegar, por la TV3319 dirección a la Sénia. Al llegar a la rotonda del restaurante les Moles se ha de ir hacia la derecha por la TV3314 que nos conducirá hasta la Galera.