dissabte, 25 de juny del 2016

TRES TREPIDANTES DÍAS POR LAS COMARCAS DEL MAESTRAZGO (TERUEL) Y ELS PORTS (CASTELLÓ)

MIRAMBEL

Comenzamos nuestro tercer y último día en Mirambel, que también pertenece a la red de Los Pueblos más bonitos de España. No era la primera vez que lo visitábamos. La primera debió de ser el año 1986, a los pocos años de haber obtenido el premio Europa Nostra y que fue entregado por la Reina Dña. Sofía en una visita que hizo a la población.
El año pasado atendí en la Administración de Tortosa a un señor que se apellidaba Ibáñez Daudén y que me dijo que era de Mirambel. Le comenté que sus apellidos eran los mismos que quien fuera árbitro de futbol de la Primera División Arturo Daudén Ibáñez, pero invertidos. Me dijo que eran primos hermanos. Hablamos sobre el pueblo y me animó a volverlo a visitar ya que si para el año 1983 sólo habían restaurado unas pocas calles, ahora lo estaba prácticamente todo.
Llegamos a por la carretera del Forcall a Cantavieja (distinta de la que cogido el primer día). Una carretera que bordea los límites territoriales de Castellón y Teruel, de la Comunidad Valenciana y Aragón. Cruzamos el puente del río Tornos que une por aquel punto a las dos comunidades a 1 Km. escaso de nuestro destino.
Aparcamos el coche justo delante de la muralla de la que destaca un hermoso torreón cerrado. Entramos por el portal de Las Monjas y recorrimos la calle Eras, la principal del pueblo. A parte del antiguo convento de las Agustinas Ermitañas, en esta calle también está uno de los establecimientos con más glamur de toda aquella zona: Las Moradas del Temple. (Una advertencia para aquellos viajeros que quieran visitar la zona y se quieran hospedar en dicho establecimiento: tendrán que reservar con bastante antelación).

Abandonamos la calle Eras por unas escaleras y otro portal. Nada más salir a extramuros, a mano derecha, una cuesta iba hacia los antiguos lavaderos y desde allí un camino hacia la ermita de San Roque.
Pero primero escogimos ir hacia la izquierda. Cruzamos un nuevo arco y subimos unas escaleras que nos llevaron a la explanada que hay delante de la iglesia parroquial de Santa Margarita y junto a ella el edificio del ayuntamiento o casa del Concello, muy similar al que habíamos visto enTronchón y como aquel, también albergó la lonja.
Volvimos atrás y, esta vez sí, recorrimos la escasa distancia hasta llegar a la ermita de San Roque, pasando primero por los lavaderos y el abrevadero para las caballerías y el ganado.
Desde allí vimos una gran casa que en su día debió de ser majestuosa a tenor de las pinturas que todavía se pueden apreciar en la fachada. Después de visitar los exteriores de la ermita volvimos a cruzar la muralla por otra puerta. Subimos por  una calle empinada que nos llevó a la  parte posterior de la iglesia. En este lugar vimos un edificio en ruinas que, según parece son los últimos vestigios del antiguo castillo templario.
Pasamos por una estrecha calle y al final de la misma La Casa Pastor, otro sorprendente edificio. Continuamos por otra calle igual de estrecha hasta la plaza Nicolás Ferrer que, posiblemente, sea la parte más interesante del pueblo, de donde destacan dos palacios de estilo renacentista aragonés: La Casa Aliaga y La Casa Castellot.

Desde allí regresamos a la calle Eras y procedimos a abandonar la población para dirigirnos a Cinctorres, dentro de la Comunidad Valenciana donde habíamos reservado mesa para comer en su más conocido (y reconocido) restaurante.